Hay un cuento que me contó un día la luna…
Donde los sueños definen el umbral de nuestros pasos…
Donde la vida es sueño y el sueño es vida…
Donde el hoy es producto del quehacer del ayer..
Hay un cuento que quiero contarte…
Y que no me contó la luna,
Ella solo fue testigo del milagro del olvido.
Un cuento que enseña a disfrutar el amor sin importar de donde ha venido
y a su vez alimentar el amor que se tiene consigo.
Que muestra que la necesidad surge de la amistad,
donde la sabiduría brota de la observación silenciosa,
las ganas amordazadas y el amor en otro sitio y a flor de piel.
"Sigo pensando que hace falta más silencio entre las ganas"
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